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Se trata de una serie de animación realizada y producida en 2001 por el estudio CLAMP, en colaboración con los estudios MADHOUSE y Bandai Visual. Consta de 24 capítulos orientados hacia una temática donde se mezclan la fantasía, la magia y lo sobrenatural, al mismo tiempo que se pone en tela de juicio la moral humana a través de actos y decisiones que van tomando los personajes a lo largo de toda la trama; a veces, recurriendo a imágenes, relativamente, crudas.

Los Siete Dragones del Cielo deben enfrentarse a los Siete Dragones de la Tierra en una batalla que decidirá el destino de la humanidad. El foco principal donde tiene lugar toda la acción es la ciudad de Tokyo; escogida como área para la defensa y supervivencia de la civilización, o bien para la devastación y aniquilación de la misma. Kamui Shirô está obligado a tomar una difícil decisión, para la que aún no se encuentra preparado, que envolverá a Tokyo en una espiral de muerte y destrucción mientras los miembros de cada bando dirimen sus fuerzas. Acuciado por el dolor, la tristeza y los remordimientos Kamui se decantará por el futuro que le ha sido predestinado desde su infancia.

El comienzo es prometedor y apasionante, pero con el paso de los capítulos decrecen la intensidad y el ritmo de la historia. Los personajes, en su mayor parte, están bien caracterizados, destacando por encima de todos Sorata, que en ninguno momento se desvía de aquello en lo que cree y el destino le ha dispuesto hacer. Además, lo han desarrollado con un carácter divertido, simpático e íntegro. Lo que ya no me gustó tanto fueron algunas de las relaciones que se van estableciendo entre los personajes, en diversos casos las encontré desmedidamente tediosas y empalagosas. Por no hablar de los abundantes guiños hacia comportamientos homosexuales, más que amig@s, en algunas secuencias y escenas, parecían amantes. Dicho esto, no es que me parezca mal que exageren el trato afectuoso entre los personajes, pero en ese sentido encontré la serie bastante sobrecargada. El personaje que más me decepcionó fue Kamui, empieza mostrando un carácter y una personalidad muy decididas, aunque con el discurrir de los episodios esas características se van diluyendo dejando paso a la amargura y la melancolía, y sólo adquiere cierta relevancia hacia el final, como se le presupone a todo protagonista :P En parte, éste es uno de los motivos que más me desilusionaron durante el transcurso de la serie, ver como el personaje de Kamui pierde toda la entereza y motivación de la que alardea en un principio y se convierte en un ser vulgar e insípido.

Con todo esto sólo estoy ofreciendo mi punto de vista, aunque pare ser consecuentes con la realidad se nota la mano e influencia de las CLAMP en la notable calidad del dibujo y el trasfondo sensible y emotivo de la historia.

Personalmente, me defraudó bastante, viendo la intensidad y nivel de los primeros capítulos esperaba que lograse mantener una relativa constancia, de la que finalmente carece.
Algo que merece la pena ser rescatado y destacado de entre tanta mediocridad es el tema Sadame, que suena en algún momento a lo largo de todos los episodios de la serie y se mezcla con aquellos pasajes de la animación que pretenden ser remarcados de algún modo.

Nota: 6'5/10