miércoles, marzo 29, 2006

Trinity Blood | トリニティ・ブラッド



Matasulenes (Vampiros) y Terranos (Humanos) llevan enfrentados toda la eternidad, mal conviven los unos con los otros por necesidad e intereses particulares. El Vaticano dispone de un departamento especial de operaciones controlado por la Cardenal Catherina. Dicho grupo lo conforman una serie de individuos con unas extraordinarias habilidades, entre los que destaca el Padre Abel Nigthroad; principal representante de dicho estamento cuando viaja para cumplir sus misiones a otras poblaciones. Debajo de su apariencia campechana, jovial y despreocupada se esconde una poderosa fuerza controlada, sólo disponible para casos excepcionales.
Algo cambia el día que aparece una vengativa monja, Esther Blanchett, quién sentará las bases de un amistoso futuro acuerdo entre ambas especies.
La búsqueda de la paz entre todas las razas no será una tarea fácil, desde el Imperio llegan terribles noticias, aparece una facción disidente y violenta que pretende usurpar el trono de la Emperatriz para imponer un Estado déspota.


Bajo el pretexto de una trabajada animación como fachada se pretende disimular un flojo y trillado argumento. A pesar de que los capítulos se suceden entre la comedia, el drama y la acción, resulta evidente la inconsistencia de éstos en cuanto a la historia general. El tan manido asunto del bien y del mal, representado por vampiros y humanos, es un tema bastante desgastado en la animación, si a ello añadimos que el montaje de los capítulos no guarda una estrecha linealidad, el resultado se convierte en un ambiguo peregrinaje a través de distintas historias encauzadas hacia un explosivo y previsible final. En resumen, el defecto más notable de la serie se encuentra en la trama, el resto de aspectos, atendiendo al siempre cuidado trabajo del estudio Gonzo, está más que pulido y elaborado.


Por ejemplo, los personajes tienen unas características atractivas e interesantes, resulta curioso ver la personalidad y carácter de algunos de ellos y como evolucionan, el odio que se profesan o las distendidas relaciones entre superiores y subordinados; aunque también siempre te encuentras con el típico personaje inaguantable que no puedes tragar de tan patética que te parece su representación. Personalmente me quedo con Tres-kun, es el personaje más atrevido y singular de todos, quizás porque no se rige por las emociones humanas.
Los malos como siempre están en su papel, egoístas, traidores, fachendosos e inmortales, que cosas más curiosas, pero ninguno llega a llamar realmente la atención.


La estética y el diseño se distinguen por su adecuada composición y acabado, incluso en un capítulo representan la ciudad de Barcelona con una admirable corrección. A estas alturas destacar este tipo de elementos con adjetivos no debería resultar sorprendente, pero aún puedes encontrarte con abominables desfachateces, tiene que haber de todo.
Por último, preciosista la música, tanto el opening como el ending son remarcables, a mí me gustó, sobre todo, el primero, me parece que tiene un ritmo espléndido, "Dress (BLOODY TRINITY MIX)" by BUCK-TICK. Las melodías lentas que acompañan algunas escenas de la serie siempre pretenden producir alguna estudiada emoción, aunque no todas lo consigan.

Nota: 6/10